Crónica: El Granadilla jugó mejor y ganó. Fin
Nota:
Desde esta página queremos hacer llegar nuestro agradecimiento y apoyo hacia el colegiado que en la noche de ayer no pudo conciliar el sueño, que se fue a casa con un sentimiento de desazón, de rabia interior, y -por qué no decirlo- con cierta cara de tonto. El otro durmió, seguramente, a pierna suelta.
Este árbitro, este trabajador -sí, trabajo, porque cobran por arbitrar, no lo olvidemos-, este juez (en adelante Colegiado A) que no logró dormir es quien realizó anoche su trabajo de manera justa e imparcial. Trabajó bien. La razón de su insomnio en la noche de ayer es que se vio obligado a realizar su trabajo y el de su compañero (en adelante Colegiado B) pero sólo cobrará por uno, el suyo. Estimado lector, piensa en ese compañero/a que mientras tú trabajas lee el Marca o mira las fotos del Facebook, y ahora ve al momento de firmar vuestras nóminas. Jode, ¿verdad? Pues Colegiado B también cobrará por el trabajo que, en su lugar, realizó Colegiado A.
De la "actuación" de Colegiado B destacamos sus miradas amenazantes, penetrantes, "chuloplayabaratescas" a lo John Wayne o Gary Cooper en el más puro género western; su buen hacer en la cancha, sus buenas maneras y continuo diálogo con esos seres inferiores, repugnantes, de naturaleza despreciable llamados jugadores; destacamos, en una palabra, sus técnicas, constantes y numerosas [...] No daremos ni un segundo más de protagonismo a este personajillo que en el día de ayer volvió orgulloso a casa tras dejar su notable impronta y su mejor hacer en la cancha. Felicidades.
Estimado Colegiado A: Tranquilo, descansa, no te sientas mal. ¿Colegiado B conoce el significado de la palabra compañerismo? Es evidente que no. Principalmente hacia ti. Lo que hizo ayer no se hace, lo sabes bien. Pero, si no es capaz de respetar su "profesión", si no siente el mínimo respeto por aquellos que ponemos sacrificio, esfuerzo y dinero para competir en este deporte y que somos quienes pagamos su sueldo, debería al menos respetarte a ti. Lástima que no le llegue el conocimiento para más. Te dejó a ti todo el peso de su irresponsabilidad, de su necedad absoluta, de su completa estupidez, y en un gesto que te honra, comenzaste a ver y sancionar aquellas acciones que ese impresentable negó en sus mismas narices. No veía más allá de su tozudez y despreciable actitud.
La buena noticia es el hallazgo del auténtico "Arbitruchulopitecus", incapaz de pensar, hablar ni discernir, pero de apariencia humana y con capacidad para únicamente saber vestirse de árbitro y extender su mano para recoger su cheque.
¿Perdimos por los árbitros? Desde luego que no. ¿Colegiado B nos despreció? Evidentemente sí, sin ninguna duda.
Una auténtica vergüenza.
Nota:
Desde esta página queremos hacer llegar nuestro agradecimiento y apoyo hacia el colegiado que en la noche de ayer no pudo conciliar el sueño, que se fue a casa con un sentimiento de desazón, de rabia interior, y -por qué no decirlo- con cierta cara de tonto. El otro durmió, seguramente, a pierna suelta.
Este árbitro, este trabajador -sí, trabajo, porque cobran por arbitrar, no lo olvidemos-, este juez (en adelante Colegiado A) que no logró dormir es quien realizó anoche su trabajo de manera justa e imparcial. Trabajó bien. La razón de su insomnio en la noche de ayer es que se vio obligado a realizar su trabajo y el de su compañero (en adelante Colegiado B) pero sólo cobrará por uno, el suyo. Estimado lector, piensa en ese compañero/a que mientras tú trabajas lee el Marca o mira las fotos del Facebook, y ahora ve al momento de firmar vuestras nóminas. Jode, ¿verdad? Pues Colegiado B también cobrará por el trabajo que, en su lugar, realizó Colegiado A.
De la "actuación" de Colegiado B destacamos sus miradas amenazantes, penetrantes, "chuloplayabaratescas" a lo John Wayne o Gary Cooper en el más puro género western; su buen hacer en la cancha, sus buenas maneras y continuo diálogo con esos seres inferiores, repugnantes, de naturaleza despreciable llamados jugadores; destacamos, en una palabra, sus técnicas, constantes y numerosas [...] No daremos ni un segundo más de protagonismo a este personajillo que en el día de ayer volvió orgulloso a casa tras dejar su notable impronta y su mejor hacer en la cancha. Felicidades.
Estimado Colegiado A: Tranquilo, descansa, no te sientas mal. ¿Colegiado B conoce el significado de la palabra compañerismo? Es evidente que no. Principalmente hacia ti. Lo que hizo ayer no se hace, lo sabes bien. Pero, si no es capaz de respetar su "profesión", si no siente el mínimo respeto por aquellos que ponemos sacrificio, esfuerzo y dinero para competir en este deporte y que somos quienes pagamos su sueldo, debería al menos respetarte a ti. Lástima que no le llegue el conocimiento para más. Te dejó a ti todo el peso de su irresponsabilidad, de su necedad absoluta, de su completa estupidez, y en un gesto que te honra, comenzaste a ver y sancionar aquellas acciones que ese impresentable negó en sus mismas narices. No veía más allá de su tozudez y despreciable actitud.
La buena noticia es el hallazgo del auténtico "Arbitruchulopitecus", incapaz de pensar, hablar ni discernir, pero de apariencia humana y con capacidad para únicamente saber vestirse de árbitro y extender su mano para recoger su cheque.
¿Perdimos por los árbitros? Desde luego que no. ¿Colegiado B nos despreció? Evidentemente sí, sin ninguna duda.
Una auténtica vergüenza.
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